
Los datos son preocupantes: con solo tener el móvil en la mesa, nuestra capacidad cognitiva disminuye un 12%, la atención se fragmenta (tardamos apenas 47 segundos en dispersarnos) y necesitamos 23 minutos para volver a concentrarnos. Cada vez que nos conectamos a un dispositivo nos desconectamos del mundo, advierte Marta Romo, directora general de la consultora de recursos humanos BeUp y experta en neurociencia. Atrapados en la velocidad, en la dictadura de los estímulos efímeros, el cerebro, que no está preparado para procesarlos, colapsa por agotamiento, se erosiona el pensamiento crítico y provoca el mayor aislamiento social de la historia; el que vivimos ahora. La pedadoga comparte sus reflexiones en el libro Hiperdesconexión, que acaba de publicar Roca Editorial, donde invita a ralentizar el ritmo de vida y eliminar compromisos de la agenda para reconectar con nosotros mismos, con nuestros valores.






