
Esa tarde, cuando recibieron una llamada de alerta, se pusieron en acción de inmediato. Según informaba la persona que se había puesto en contacto con el Centro de Vida Silvestre Raven Ridge (RRWC), una criatura esquiva y evidentemente enferma, había estado merodeando el vecindario durante semanas.
La criatura, que a simple vista parecía un perro y estaba muy delgado, mostraba una preocupante condición cutánea. Después de varios intentos fallidos, un grupo de vecinos de la zona finalmente logró acorralar al animal. Fue entonces cuando se comunicaron con el Centro de Vida Silvestre Raven Ridge (RRWC), un centro de rehabilitación de fauna silvestre sin fines de lucro.
La criatura en cuestión no era nada más ni nada menos que un zorro. Y, aunque los zorros salvajes no suelen ser motivo de preocupación en Lancaster, Pensilvania, los vecinos pudieron ver, incluso desde lejos, que ese individuo en particular estaba enfermo. Cuando los rescatistas de RRWC llegaron para recogerlo, confirmaron las sospechas.

“Tras examinar al zorro, descubrimos que se trataba de una hembra y que estaba en peor estado del que habíamos previsto. Aunque teníamos la esperanza de que se recuperara por completo, nuestro equipo comprendía que su rehabilitación sería larga y crucial”, escribieron los voluntarios de RRWC en un posteo en redes sociales.
Lamentablemente, la zorra estaba cubierta de sarna, una afección que no habría podido superar por sí sola en estado salvaje. “Lo mejor que se puede hacer con una zorra que sufre de sarna es atraparla y llevarla a un centro de rehabilitación para que reciba el tratamiento adecuado”, escribió RRWC en un comentario de Facebook.

La sarna es una enfermedad dérmica producida por un ácaro o ectoparásito que cava túneles debajo de la piel. “Existen diversos tipos de sarna, cada una causada por distintas clases de ácaros; algunas son contagiosas y otras no. Entre las sarnas altamente contagiosas se destaca la sarna sarcóptica producida por el ácaro Sarcoptes Scabiei, que ataca especies como al perro e incluso animales silvestres como el zorro (y es transmisible al humano también)“, explica la médica veterinaria Patricia Paredes (M.P 7387) del equipo de Natural Life.
Su forma de contagio es muy sencilla: por contacto directo de las lesiones o por contacto con superficies contaminadas por el ácaro (camas, cepillos). “En el caso particular del zorro, las lesiones características se presentan como costras alrededor de los ojos, orejas, labios y extremidad de las patas como así también áreas de la piel lastimadas, producto del propio rascado del animal ya que la enfermedad causa mucho prurito o picazón y caída del pelo en diversas partes del cuerpo. En el zorro es una enfermedad muy debilitante que hasta puede incluso provocarle la muerte si no es tratada a tiempo”, detalla Paredes.

Los rescatistas sabían que el animal necesitaría cuidados extras. “Una preocupación con la sarna es la necesidad de atención médica adicional, que incluye el tratamiento de las llagas abiertas, el control del dolor, antibióticos y el abordaje de problemas como la emaciación y la deshidratación”, apuntaron desde RRWC. Alojada en un recinto especialmente adaptado para ella, la zorra también estaría protegida en un entorno seguro, resguardada de las inclemencias del tiempo, para ayudar a que le volviera a crecer el pelaje.

La zorra pasó las siguientes semanas en la sede de RRWC recibiendo el tratamiento que tanto necesitaba. El equipo la vigiló de cerca, ajustando su entorno con frecuencia para garantizar su máxima comodidad.
Después de siete semanas de cuidados, la zorra finalmente estaba lo suficientemente sana para regresar a la naturaleza, y el personal nunca la había visto tan feliz. “Esta zorra mostró una personalidad única durante toda su rehabilitación, y fue evidente el día de su liberación”, escribió RRWC.

Saltó de su jaula con alegría, sintiéndose mejor que nunca. Recorrió su antiguo territorio durante unos minutos y con un último parpadeo feliz, la zorra se despidió de sus cuidadores y trotó de regreso a casa.

En RRWC estaban preocupados por la zorra cuando la rescataron, con la esperanza de verla recuperarse por completo. Y solo cuando la vieron correr emocionada de regreso a casa, todos suspiraron profundamente aliviados. Después de muchas noches de incertidumbre, su trabajo con esta pequeña zorra finalmente había terminado.
“Capturar zorros con sarna para brindarles tratamiento es una tarea difícil que requiere paciencia y vigilancia constante. Gracias a la dedicación de muchas personas, este zorro tuvo una segunda oportunidad”.
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