El hombre del pelo blanco no apeló esta vez al color de su cabello. Aunque tampoco es que se apease de sus patrañas: más bien, las multiplicó. Hace nueve meses, Miguel Ángel Rodríguez (MÁR), jefe de gabinete de la presidenta madrileña, justificó ante un juez del Tribunal Supremo sus falsedades sobre la Fiscalía apuntando a sus canas. Una larga experiencia profesional, alegaba, que le había hecho deducir falsamente que el ministerio público frustró un acuerdo con el novio de Isabel Díaz Ayuso, denunciado como defraudador fiscal, “por órdenes de arriba”. Sin menciones a su pelo blanco, Rodríguez reiteró este martes en el juicio contra el fiscal general del Estado que aquello fue fruto de una “deducción lógica”. Ante el incisivo interrogatorio de la Abogacía del Estado, que ejerce la defensa de Álvaro García Ortiz, MÁR intentó minimizar su escaso apego a la verdad. La abogada, Consuelo Castro, no cejó. Y acabó acorralándolo con munición gráfica: una cascada de mensajes difundidos por él entre periodistas y mostrados en una pantalla para que los viese toda la sala. Entonces Rodríguez ensayó una excusa: “Era un mensaje sin apoyo en ninguna fuente. Yo soy periodista y trabajo en política. No soy un notario que necesite ninguna compulsa”.






