
En Andalucía, miles de pruebas diagnósticas ―ecografías, resonancias magnéticas y TAC― solicitadas por los médicos de atención primaria para sus pacientes son rechazadas en al menos cuatro provincias, sin que ni los facultativos ni los enfermos lo sepan durante semanas o meses. La consecuencia de estas negativas, derivadas del intento del Gobierno andaluz (PP) de limpiar el enorme atasco de las listas de espera de pruebas diagnósticas ―solo Huelva acumula casi 40.000 pendientes―, es espinosa: el Ejecutivo autonómico ha generado otro limbo de pacientes que durante un tiempo prolongado piensan que sus pruebas están en el circuito sanitario a la espera de realizarse, pero han sido rechazadas por el sistema sin que los enfermos hayan sido informados.






