Una de las atracciones del Parque Nacional de Yosemite (California, Estados Unidos) consiste en sentarse en la pradera a los pies de la pared de El Capitán, y seguir con la mirada las evoluciones de los escaladores, cómodamente instalado en una silla y con la nevera a mano. Muchos llevan prismáticos, cámaras con poderosos teleobjetivos y los hay incluso que graban determinadas ascensiones y las cuelgan en vivo en la red. Así, en streaming, 500 espectadores vieron el pasado miércoles morir al escalador estadounidense Balin Miller, quien se encontraba apenas a un largo de finalizar la ruta ‘Sea of dreams’, famoso itinerario de artificial que trataba de escalar en solitario pero autoasegurado. Según la revista Climbing, su petate se atascó cuando trataba de izarlo, lo que obligo al joven escalador a rapelar para recolocarlo correctamente. Una maniobra fastidiosa pero sencilla.