
La confianza social en el peso sigue en niveles críticos pese al apoyo financiero de EE.UU.: en octubre, el Índice de Confianza Social en la Moneda (ICSM) marcó 2,95 puntos sobre 5. El estudio de la UNSAM advierte que la desconfianza en la moneda se asocia también con una menor confianza entre las personas y una visión más pesimista sobre el futuro.
Pese a extraordinaria ayuda norteamericana, no hubo cambios significativos en la crítica confianza de la sociedad argentina en su moneda: en octubre el Índice de Confianza Social en la Moneda registró 2,95 puntos sobre 5, apenas por encima del nivel observado en agosto (2,90). El dato preocupante asociado al índice es que cuanto más desconfían los argentinos de su moneda, más desconfían de sus vecinos o compañeros de trabajo.
¿Qué es el Índice de Confianza Social en la Moneda? Desde hace unos meses, en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) venimos trabajando un nuevo indicador llamado Índice de Confianza Social en la Moneda (ICSM), una herramienta para medir de manera sistemática cómo los argentinos perciben el peso y cómo esas percepciones inciden en sus expectativas económicas, en su confianza institucional y en sus vínculos interpersonales.
En octubre de 2025, el ICSM registró 2,95 puntos sobre 5. El índice tiene tres niveles de interpretación: de 1 a 3: niveles de confianza inexistente a crítica, de 3 a 4: niveles de confianza frágil a intermedia, de 4 a 5: niveles de confianza robusta a plena.

El índice revela que a medida que la confianza social en la moneda disminuye, también lo hace la confianza interpersonal. Las personas con mayor confianza social en la moneda declaran confiar más tanto en sus vecinos como en personas desconocidas en la vía pública, lo que refleja un nivel más alto de solidaridad interpersonal.
Comparando agosto con octubre, el ICSM muestra una mejora, coyuntural, asociada a cierta calma cambiaria posterior a los anuncios de apoyo financiero internacional, más que a una recomposición profunda de expectativas. El índice se elaboró a partir de una encuesta estratificada por región, edad, sexo y nivel socioeconómico.
Pero no es lo único que revela el estudio: un 41% de los encuestados no cree que el gobierno pueda estabilizar el valor del peso (nada de acuerdo o algo de acuerdo) y un 36% se muestra favorable a que el gobierno pueda alcanzar dicho objetivo (muy de acuerdo o totalmente de acuerdo). Mientras que un 49% considera que la inflación en los próximos 12 meses será entre alta o muy alta.
El ICSM se descompone en cuatro dimensiones: expectativas sobre el valor futuro del peso, confianza en el peso para ahorrar (reserva de valor), confianza en el peso para calcular (unidad de cuenta) y confianza en el peso para pagar y comprar (medio de pago). El valor general del índice en octubre está impulsado por las bajas expectativas de que la moneda nacional mantenga su valor en el tiempo (2,95). Aún menor resulta la confianza en el peso como reserva de valor (2,59). Un derrumbe mayor del ICSM se evita gracias a la confianza relativamente más elevada en el peso como unidad de cuenta (3,77) y, sobre todo, como medio de pago (3,98).
El ICSM de octubre 2025 confirma un patrón persistente: legitimidad cotidiana, fragilidad intertemporal, desigualdades estructurales en la confianza. El peso sigue siendo el vínculo material de la vida social, pero no logra consolidarse como vínculo de futuro. La confianza monetaria aparece así como un indicador integrado de la confianza social en el Estado y entre los ciudadanos. Los valores de ICSM actuales alimentan la desconfianza no solo de la economía, sino también erosionan la cohesión social, institucional y las expectativas sobre el futuro.
Otras conclusiones del ICSM:
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