Francisco Sánchez ya no está con nosotros y ojalá siga por ahí en el universo, dando esa energía que tenía, y que sabemos que no se crea ni se destruye. A Paco lo conocí siendo él el gran jefe del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y yo, empezando el doctorado. A pesar de la diferencia de edad y situación, nos hicimos buenos amigos. Su temperamento vital y desprejuiciado lo hizo posible. Me resultaba muy interesante su personalidad, que era muy rica; yo diría que inclasificable.