
Música, buenos amigos y la alegría de los hijos que crecen. Fue ese el casual pero aliviador antídoto que eligió Guillermo Francos, horas después de su intempestiva y amarga despedida como jefe de Gabinete del gobierno de Javier Milei.
Con su renuncia del viernes por la noche como tema excluyente en los medios de comunicación, Francos celebró una noche después el cumpleaños número 40 de su hija Camila, rodeado de sus afectos más cercanos y algunos amigos de la familia.
De traje formal pero sin corbata, Francos posó junto a la agasajada, en una reunión íntima, en la cual se lo vio distendido, “como si se hubiera sacado un peso de encima”, según un testigo algo indiscreto.
Reservado, como es su costumbre, y sin intenciones de ahondar en las grietas internas, Francos dejó en sus allegados los comentarios dedicados a Santiago Caputo, motivo central de sus discusiones con el Presidente.
“Una gran pérdida. Lo van a sentir”, se lamentó uno de los hombres de Francos que aún continúa en el espacio libertario, en respaldo de su jefe político, y que no podía ocultar su desánimo por el desenlace de su pulseada con Caputo, que seguirá en el Gobierno como “monotributista”, justamente el rol que Francos reclamaba modificar en la nueva composición del gobierno posterior al triunfo electoral.
“Al final, Francos terminó mejor con Mauricio [Macri] que con Milei”, afirmó otro de los amigos del ya exjefe de gabinete, con el acento puesto en las declaraciones del expresidente, en las que valoró su rol como ministro coordinador y criticó la designación en su lugar del portavoz Manuel Adorni, a quien definió como un funcionario “sin experiencia” para el cargo de ministro coordinador.
Nadie quiso hablar del movimiento de pinzas para forzar su salida, en el que coincidieron Caputo y la propia Karina Milei, al menos según reconocen desde parte del entorno de la secretaria general de la Presidencia. Allí lo miraban con desconfianza y apoyaron la designación del portavoz y legislador porteño electo, ahora testimonial.
Mientras varios de sus funcionarios de confianza se preparaban para buscar sus pertenencias a la Casa Rosada, Francos disfrutó de un respiro familiar, rodeado de sus afectos.
Dispuesto a redoblar la apuesta, y ahora con la Jefatura de Gabinete sobre sus espaldas, Manuel Adorni protagonizó en estos días un nuevo contrapunto con la dirigencia del nuevo MAS, que encabeza Manuel Castañeira y que obtuvo el magro 0,56 por ciento de los votos en la ciudad de Buenos Aires.
“¿El campamento anticapitalista sigue en pie?”, preguntó Adorni, con ironía manifiesta, cuando el triunfo libertario en los comicios ya era un hecho.
Pareció una respuesta a la promoción que de ese campamento –en febrero próximo, lugar a confirmar– hizo la juventud del MAS, lleno de críticas al gobierno de Javier Milei y con un latiguillo hiriente: “Que Adorni siga llorando por Instagram”.
Mientras el nuevo jefe de Gabinete hace trascender que los jóvenes izquierdistas le dan “ternura”, su hermano Francisco –elegido diputado por la octava sección electoral en septiembre– se sumó al intercambio. “Si mi hermano va, por ahí voy yo también”, bromeó el asesor del Ministerio de Defensa cuando algún cronista le preguntó por el asunto.
La cena que, en la quinta de Olivos, protagonizaron Javier Milei y Mauricio Macri el viernes por la noche tuvo en vilo a buena parte del Gobierno y también a los dirigentes de Pro, atentos a las posibles derivaciones de las milanesas compartidas.
Uno de los espacios del macrismo en WhatsApp, el denominado “Pro internacionales” se llenó de elogios al expresidente luego de su directa manifestación de desánimo y enojo por la decisión de Milei de sumar a Manuel Adorni como jefe de gabinete.

“Duro y certero nuestro presidente Macri”, escribió uno de los participantes del chat, antes de que apareciera la nota disonante, a cargo del exsenador Federico Pinedo. “La Argentina está dando pasos enormes y decisivos para salir de una decadencia de décadas. Hay que apoyar ese camino, no buscar acotarlo”, dijo el expresidente provisional del Senado y Presidente durante doce horas, en diciembre de 2015.
Cuentan miembros del chat que nadie salió a respaldarlo, otra muestra del océano que hoy separa a macristas puros de quienes apoyan al oficialismo.
En una jornada complicada para las terceras fuerzas, uno de los pocos sobrevivientes electorales de la elección fue el senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau, que sufrió pero logró ingresar a la próxima Cámara de Diputados.
De todos modos, algunos radicales notorios, descontentos con su conducción partidaria, ya comenzaron a trabajar para conseguir un reemplazo. El exsenador Ernesto Sanz, el exdiputado y exministro Jesús Rodríguez y el exintendente municipal Facundo Suárez Lastra, entre muchos otros, se reunieron luego de las elecciones para analizar los resultados y buscar alternativas.

“Pegarnos al kirchnerismo en el Congreso no nos sirvió de nada”, reflexionó uno de los correligionarios, que insiste en que “el radicalismo tiene que estar en la vereda del cambio, el kirchnerismo es pasado”, y aportar “desde la crítica” en el Congreso a las iniciativas del oficialismo. Descartados los gobernadores Gustavo Valdés y Alfredo Cornejo por estar “ocupados” en sostener su poder provincial, algunos piensan en el exdiputado Mario Negri, que recorrió el país en campaña para apoyar a candidatos radicales.
Lejos pareciera haber quedado en la acalorada agenda oficialista la renuncia de Gerardo Werthein, efectivizada unos días antes de las elecciones legislativas que parecían un castigo anunciado y terminaron siendo una bendición para el Gobierno.
El excanciller, que dio el portazo luego de esperar sin suerte que el presidente Javier Milei le recortara poder al asesor Santiago Caputo sobre su área, decidió cerrar los teléfonos y no fue al búnker ganador, el domingo pasado. De todos modos, y mientras su sucesor Pablo Quirno comenzó el viernes a acomodar sus pertenencias en el Palacio San Martín, al parecer le quedaron al excanciller buenos contactos en el oficialismo.

Días atrás, testigos indiscretos lo vieron cenar en un conocido local de sushi junto a uno de sus hijos y Demian Reidel, titular de Nucleoeléctrica Argentina y responsable del Plan Nuclear Argentino. Relajado luego de casi un año de ajetreo a la cabeza de la diplomacia nacional, Werthein también sostendrá sus contactos con embajadores de su confianza, como Luis María Kreckler, propuesto como representante en Londres, y Ricardo Lachterman, designado cónsul en Milán.





