
Francisco González Posse es la tercera generación de una familia marcada por el arte. Hijo menor de Yaco González y de la recordada actriz Agustina Posse, y nieto del reconocido cantante Jairo, creció rodeado de música, escenarios y creatividad. A los 20 años lleva el arte en la sangre y una meta clara: abrirse camino con su propia voz. Entre discos familiares y ensayos compartidos, el joven artista encontró en la música no solo un legado, sino también su manera de expresarse y construir su propia identidad.
“Siempre estuve rodeado de música, siempre me gustó. Me encantaba escuchar discos y pasaba de Los Chalchaleros a Michael Jackson en una tarde. De chico siempre andaba para todos lados con una guitarra de juguete y hasta escribía mini canciones que se las mostraba a mis papás. Y muchas con el tiempo descubrí que tenían bastante sentido (risas). Después quise aprender a tocar la batería y con el tiempo sumé guitarra, piano y clases de canto”, recordó en diálogo con LA NACION sobre su infancia.
“Pero creo que la primera vez que me di cuenta realmente que quería dedicarme a esto fue a los 16 años, cuando subí a al escenario con mi abuelo en Cruz del Eje. Siempre fue mi deseo, mi pasión y lo que me interpela y ahí lo pude comprobar. Fue una sensación hermosa”, explicó el joven, quien en el último tiempo versionó gran cantidad de temas junto a su abuelo y sueña con lanzar su propio disco en 2026.
—¿Cómo surgió la idea de interpretar junto a Jairo sus grandes clásicos?
—La primera que empecé a cantar fue “Podría bailar toda la noche contigo”, que es la que hizo junto a sus cuatro hijos en pandemia. La idea surgió porque estábamos en una reunión familiar con mi tío y mi papá en Cruz del Eje, y salió cantar esa canción y quedó muy buena, a la gente también le gustó mucho y a partir de ahí la adoptamos. La segunda fue “Me encanta esta hora del día”, que ya la grabamos con el videoclip. Siempre digo que me encantan las canciones de mi abuelo más allá de que sea mi abuelo, lo consumo mucho como a otros artistas. Aunque quizá mis canciones a futuro tengan un estilo más actual.
—¿Estás componiendo tus propias canciones?
—Sí, compongo y también lo hago con mi papá. Ya tenemos varias canciones hechas y la idea es el año que viene empezar mi camino y lanzar mi primer disco.

—¿Qué género pensaste para este proyecto musical?
—A mí lo que más me gusta es hacer canciones que se puedan cantar y se podrían catalogar como un pop melódico. Algunas son más movidas y otras más lentas, pero siempre pensadas para poder cantarlas. Así que estamos jugando bastante. Una de las canciones está dedicada a mi mamá, es una de las que ya está más armada y me gusta un montón.
A los 16 años, Francisco atravesó uno de los momentos más duros de su vida al perder a su mamá, Agustina Posse, quien murió a los 46 años producto de un aneurisma. En diálogo con LA NACION, una sonrisa se le escapa al recordarla con mucho cariño. “La primera vez que me subí a un escenario, mi mamá ya no estaba ahí, había fallecido. Pero tengo esa idea de que siempre me acompaña. Cada vez que hago un show me gusta tener eso en mente. También cuando escribo, canto o grabo, la tengo presente”, precisó.
Incluso, para lanzar su carrera como solista, Francisco decidió homenajearla al utilizar su apellido. “Esa fue una de las charlas que tuvimos con el equipo. Porque ‘Fran González’ hay millones, pero Fran Posse nos pareció un lindo nombre y con mucha fuerza, y también tiene un lado hermoso porque es el apellido de mi vieja”.

—¿Cómo es trabajar en familia?
—Está bueno porque es un lugar en el que te sentís cómodo y podés hablar de cualquier cosa. Es superprofesional como cualquier otro trabajo y hay discusiones sobre el producto, pero también está ese lado afectivo que ayuda mucho a la hora de crear.
—¿Cuál es el mejor consejo que te dieron?
—Creo que el más lindo es que más allá de las canciones que pueda cantar con ellos, que no dude en hacer mi propia música y expresar lo que yo sienta, aunque sea completamente distinto porque me van a apoyar. Y creo que eso está bueno porque también me deja ser un poco más libre a la hora de empezar mi camino.
—¿Pensás en hacer alguna colaboración?
—Por ahora me queda lejano porque estoy muy enfocado en cerrar el disco por completo. Pero, obviamente, cuando vaya sacando mis temas y la gente me conozca un poco más, que esperemos que les gusten mis canciones, ahí si me gustaría mucho. Hay un montón de artistas nuevos que me encantan, Milo J es uno de ellos. Me parece un gran artista y además re joven. Siento que encontró un lenguaje que es muy lindo. También me gusta Yami Safdie que le está yendo muy bien. Siento que la música está mutando de vuelta y se está formando un poco más melódico. Esa vuelta de rosca me gusta mucho y es donde me siento más cómodo, por lo que quiero ir por ese lado.

Aunque desde muy pequeño Francisco tuvo una facilidad innata para aprender a tocar instrumentos, a medida que evolucionó en su recorrido artístico se perfeccionó en distintas disciplinas. En la actualidad estudia música en la Escuela Popular de Avellaneda y el año próximo espera seguir nutriéndose de conocimientos en la Escuela de Música Contemporánea. “Toco el piano, la guitarra, la batería y canto. La verdad es que me divierte tocar cualquier cosa. Con mis amigos siempre nos juntamos a tocar y les mostré algunas de mis canciones. Me apoyan mucho. Pero, hay que ver la gente que no me conoce todavía que piensa”, analizó sobre sus proyecciones artísticas.
Ser nieto de un grande de la música folclórica del país podría ser para muchos un gran desafío, pero para Francisco es estar al lado de uno de sus grandes amigos y confidentes de vida. “Cuando era chiquito la verdad es que no tomaba dimensión de quién era, pero después fui escuchando su música, cantaba con él y me contaba muchas de sus anécdotas con próceres de nuestra cultura. Ahí fue cuando empecé a entender su carrera y todo lo que logró. Siempre lo voy a ver como mi abuelo, pero es hermoso e impactante que mi abuelo sea Jairo”, explicó con admiración.

—¿Tienen un pasatiempo que compartan por fuera de la música?
—Somos los dos grandes apasionados del fútbol, entonces siempre que hay partidos importantes los vemos juntos. Eso nos encanta. Y después siempre que podemos todos vamos a su casa y comemos juntos, charlamos. Pero creo que lo que más compartimos, además de la música, es la locura por el fútbol, no hay dudas.
—¿Te pesa ser nieto de Jairo para todo lo que emprendés a nivel personal?
—Es una responsabilidad ser nieto de Jairo. No sé si es algo que me pesa, pero es una espalda grande detrás, aunque no es algo que pienso todo el tiempo. No me pongo ese peso de querer llegar a ser como él, siento que haré mi propio camino, mis canciones, mis discos y a cuanta más gente le guste lo que haga mejor.
—¿Cómo te llevás con la exposición tan abrupta que de pronto tenés?
—No estoy acostumbrado, pero yendo con mi abuelo es como que él me ataja bastante. Me siento tranquilo. Por el momento no tengo problema, quizá me pongo un poco nervioso al principio al hablar, pero después se me pasa.

—¿Cuál es tu sueño con la música?
—Creo que mi máximo sueño es encontrar mi propio lenguaje. Es algo difícil, pero me gustaría que escuchen mi voz y digan ‘es él’, por eso también quiero que mis temas me acompañen en esta sintonía, que sean algo distinto a lo que se viene escuchando. También que le llegue a la gente mi mensaje y que les trasmita lo que trato de hacer.





