El próximo lunes empieza la cuenta atrás, de solo 100 días, para sentar las bases de una reforma de la política europea de asilo y migración que zanje de una vez por todas una de las crisis políticas más agrias y cainitas sufridas por la UE en los últimos años.
Bruselas y Berlín intentan zanjar el debate migratorio con un nuevo sistema de control y reparto
