Lic. en Psicología Corina Márquez
Instagram: @psico_corma
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Tal como nos señala este arte japonés creo firmemente que un alma dañada se puede reparar con hilos de cuidado y amor. Sólo si somos capaces de ver y enfrentar nuestras fracturas, es que podemos encontrar estrategias para volver a unir esas piezas del cuenco. Estas ¨reparaciones¨ van contando el entramado de nuestra historia, de lo que nos hace únicos, fuertes y especiales.
Esta técnica nos recuerda al tan nombrado concepto de resiliencia, esa capacidad que tenemos de afrontar situaciones límites y sobreponernos a ellas. Vivimos momentos de mucha incertidumbre, de contradicciones, de riesgo, de dolor, de enfrentamientos, de dudas e indefensión. Esa fragilidad de nuestro mundo a la que nos hemos visto enfrentados, puede dejar pequeñas heridas (grietas) en nuestra “normalidad“.
Hay momentos en que estamos rotos y la resiliencia nos ofrece esa posibilidad de volver a armarnos y salir más fuertes superando ese obstáculo que nos impuso la vida.
Se trata de hacer uso de estrategias para poder restaurarnos y también para poder ayudar a quienes nos rodean a curar sus heridas. Heridas que nos dejarán cicatriz pero sería maravilloso que nos deje también un aprendizaje.
La autentica belleza de esa pieza única que somos nosotros mismos está en esa capacidad de superar las grietas y seguir disfrutando de la vida sabiendo que habrá mas grietas por delante pero también más Urushi.