Corina Márquez, licenciada en Psicología
Estoy segura que todas en algún momento hemos manifestado alguna preocupación y nos han respondido casi inmediatamente con mensajes del estilo de ¨¡Vamos! ¡Arriba! Actitud positiva. Buenas vibras, y quita esos pensamientos¨, que no está mal, ¿verdad?
El problema viene cuando nos quedamos ahí y no podemos expresar nuestros sentimientos de tristeza, miedo o ira porque se consideran negativos. O, simplemente, porque no podemos lidiar con ellos y nos incomodan.
En ese momento es cuando la positividad puede convertirse en tóxica, creando la falsa ilusión de que al negar algo lo vamos a evitar.
Acompañar es estar con el otro sin juzgar ni imponer nuestras ideas, es poder escuchar, validar sus sentimientos y respetar sus necesidades. Si nosotros negamos lo que el otro nos está diciendo y SOLO presentamos una visión positiva, corremos el riesgo de agravar la situación ya que el otro no encontrará el espacio para expresar su dolor y, en consecuencia, provocaremos el efecto contrario y agravaremos la situación.
Como mamás, muchas veces, cuando nuestros hijos manifiestan una preocupación, una situación que les da miedo o los pone tristes intentamos siempre ofrecerles rápidamente una solución. Es normal y está muy bien querer ayudar pero también tenemos que dar un espacio para que esos sentimientos puedan expresarse. Saber identificar las emociones nos permite ser más asertivos a la hora de expresarnos, entender nuestros cambios de humor, fortalecer la autorreflexión y así mejorar nuestra relación con los demás.
Estamos viviendo momentos muy difíciles, extraños y dolorosos en muchos casos. Nuestras rutinas se han visto modificadas y en muchas ocasiones nuestros hijos nos han escuchado quejarnos o nos han visto preocupados. El mundo como lo conocíamos está cambiando y predomina la incertidumbre.
Por eso es muy importante darles a los peques y a los no tan peques (los adolescentes tienen sobredosis de positividad tóxica en las redes) elementos de expresión para poder manifestar estas preocupaciones que seguramente tienen y muchos no saben o no pueden expresar.
Aquí les dejo algunas propuestas para todas las edades. En cuanto a cine y series, recomiendo ser cuidadosos porque depende mucho de cada niño, su sensibilidad, las temáticas que tratan y lo que está acostumbrado a ver.
- Actividad: Una idea es escribir con ellos un diario, cuaderno, lámina o cartulina dónde vamos a decir cosas bonitas y cosas que nos enfadan de esta cuarentena o, si prefieren, le pueden hablar directamente al ¨bicho¨. La idea es tenerla disponible y acercarnos a ella en cualquier momento que sea necesario, puede ser individual o familiar. No tenemos que exigir más pro que contras porque estaríamos negando la expresión del enojo o la bronca. Ejemplo: “Estoy enojada porque no puedo jugar con mis amigos” o “gracias por no tener que levantarme temprano para ir al cole”.
- Películas: Inside out es un excelente material para trabajar con los niños todas las emociones. Big Hero 6, La mecánica del corazón y Los mundos de Coraline para más mayores.
- Series para ver y comentar CON adolescentes: Sex Education, Skins, Glee (musical), Merlí o 13 razones.
- Libros: El monstruo de colores o El emocionómetro del Inspector Drilo para peques. Emociones y sentimientos (+8 años), El arte de emocionArte (+10 años) o Recetas de lluvia y azúcar (+10).
- Música: Esmuki (para peques).
Traspasar la barrera de la alegría por decreto, nos permite llegar a la aceptación y así extraer lo mejor de las experiencias.