La colonia penitenciaria de Rikers Island está clavada en un trozo de tierra que emerge del East River. La única vía de acceso al enorme correccional es un puente desde el barrio neoyorquino de Queens. Lleva tres minutos recorrerlo con el autobús de la línea Q100. Es el tiempo que necesita Hannah para retocarse antes de dejar todas sus pertenencias en la taquilla y pasar a ver a su novio. Ahí estuvo ella encerrada antes por drogas.